lunes, 26 de mayo de 2014

De la ciencia al cientificismo: ¿Se puede criticar a la Ciencia?

Para unos, la ciencia es la manifestación del poder del ser humano. Para otros, es el monstruo atroz, infatigable enemigo del desarrollo social. 


¿Se puede criticar a la ciencia actual desde el punto de vista racional?


FUENTE: El Whoper


Existen muchos detractores del actual modelo de ciencia, incluso los hay aquellos que demonizan el saber científico como si fuera la lacra del mundo. Les aviso de antemano: Comparto muchos puntos de vista con teóricos que parten de esta idea, pero también es cierto que salgo corriendo cuando escucho hablar de saberes alternativos de palabras huecas y escaso valor explicativo. 

Me encuentro, pues, entre dos aguas porque ni comparto la visión actual de lo que significa hacer ciencia, ni adhiero a las propuestas sentimentaloides y místicas de quienes postulan la destrucción de ese gran negocio llamado Ciencia

En esta especie de obsesión que padezco por no perderme nada, encontré a Oscar Varsavsky quien hace una crítica muy poderosa desde los años 70 al sistema actual de desarrollo científico y tecnológico mundial, crítica que sigue vigente entre sus seguidores. Por supuesto, es un eterno desconocido en las universidades europeas.

Leer un texto de este señor, produce sensaciones extrañas y desde luego te permite al menos poner en duda esto de que exista una ciencia universal. El planteamiento de Varsavsky surge como respuesta a la visión tradicional de la ciencia. 

Varsavsky no se centra en los supuestos pecados de la ciencia, sino que lo que critica en última instancia no es la ciencia, sino la deformación de ésta: el cientificismo. Con esta categoría hace referencia al "investigador que se ha adaptado a este mercado científico, que renuncia a preocuparse por el significado social de su actividad, desvinculándola de los problemas políticos, y se entrega de lleno a su `carrera´, aceptando para ella las normas y los valores de los grandes centros internacionales, concentrados en un escalafón". 
























  • Una ciencia preocupada por los problemas locales. No solo ciencia aplicada, sino también básica. Pero incluso la ciencia básica debería trasladarse a la sociedad (no quedarse en un círculo de académicos aislados). Los estudios científicos deben ser útiles desde el punto de vista humano.
  • Una ciencia basada en el criterio de importancia: Esto quiere decir que no se debe investigar solamente lo que marcan las grandes instituciones internacionales de los países del Norte (principalmente Estados Unidos, Europa y la URSS) sino que hay que pensar en el contexto local. Lo que tiene importancia en Alemania, puede no ser importante en Latinoamérica. Si bien es cierto que los hechos son los hechos (un átomo se comporta igual en todos los países del mundo), hay variables que están ligadas a un contexto dado y es absurdo construir un modelo general que sirva para todo. 
  • Una ciencia NO basada en criterios únicamente cuantitativos: ¿Cómo se mide el talento de un científico actual? Respuesta de Varsavsky: por el número de papers (artículos científicos publicados en revistas de prestigio internacional). Actualmente se generan cantidades ingentes de estos artículos. Se produce mucho, pero si hablamos de calidad es realmente muy escasa. Estamos lejos de tener científicos como Darwin, Einstein, Marx, Weber, Mendel, etc. si bien hay casos aislados. Vivimos en un momento histórico con una enorme cantidad de recursos, aparatos y materiales maravillosos que no nos sirven para nada. En palabras del autor "¿Qué han producido todas esas ventajas? Toneladas de papers y muchos objetos, pero menos ideas que antes". 
  • La ciencia tiene que ser una cosa interdisciplinaria. Los problemas sociales no son patrimonio de una ciencia concreta. Deben ser abordados por equipos de disciplinas diferentes. 
  • Los países latinoamericanos deben lograr autonomía científica. Esto no significa rechazar indiscriminadamente todo lo que venga del extranjero. Se trata de descubrir qué es importante para la gente a nivel local y que la ciencia sirva a esos intereses, no a intereses ajenos. Es evidente que debe haber contacto con la ciencia de los otros países, pero siempre desde una visión crítica y autónoma. La ciencia no sirve para publicar papers, como si esa fuera su finalidad.  La ciencia no sirve para describir hechos y hacer informes para los organismos internacionales. Un problema grande que tienen los países latinoamericanos como Argentina es el financiamiento de la ciencia y la tecnología mediante préstamos internacionales que producen endeudamiento y dependencia (al Banco Mundial, por ejemplo). Estos organismos imponen políticas, no es que financien obras sin más. 

  • Se debe garantizar una asignación de recursos diferente: El dinero para financiar los costes de la actividad científica van siempre a las mismas manos, es decir, a aquellos grupos que ya son fuertes y que por tanto tienen garantizados los resultados. Esto genera realimentación positiva: se da más a los que más tienen y son más reconocidos (y por tanto, seguirán siendo los que más tienen y tendrán cada vez más reconocimiento). 

  • Podría haber diferentes tipos de ciencia si se asignaran los recursos para ello. Hoy por hoy, por ejemplo, lo que interesan son las ciencias naturales sobre las sociales, debido a que es lo que genera mayor productividad. Por eso las ciencias sociales no se desarrollaron ni avanzaron a igual medida que las otras, porque se les asignaron recursos diferentes. 
  • Hay que reconocer el factor ideológico de la actividad científica. No es verdad la pretendida neutralidad ideológica de la ciencia. Ni siquiera es verdad la pretendida libertad del investigador para investigar.Después de todo, existen ramas del conocimiento que no son investigadas porque no se permiten investigar. En palabras de Varsavsky, el científico actual "elige alguno de los temas allí [en los países del Norte] en boga y cree que eso es libertad de investigación, como algunos creen que poder elegir entre media docena de diarios es libertad de prensa". 
  • Es necesaria una ciencia libre de verdad. El actual modelo de asignación de recursos es claramente un acto totalitario mediante el cual se fuerza a los científicos a abandonar los temas de investigación (cuando no se impone un tema concreto). Dice Varsavsky que si se supone que el científico debe ser dejado en libertad para que elija de forma espontanea, entonces la ciencia como tal no existe. El discurso de la libertad científica cada vez convence a menos, porque cada vez son menos los que elijen su tema sin presiones. Por otra parte, hay que decir que "el sistema no fuerza, presiona mediante la élite de grupo, la necesidad de fondos, el prestigio de la ciencia...". 

En conclusión: Lo que es criticable no es la Ciencia como método de obtener conocimiento, sino su deformación cientificista. 

La lectura de Varsavsky me permitió posicionarme mejor frente a las críticas que recibe hoy la ciencia. Adhiero en su concepción de la ciencia para el cambio social y me parece fundamental entenderla de este modo. Creo que justamente el cientificismo imperante es causa de que mucha gente haya perdido la esperanza y la confianza en la ciencia y en las personas que hacen ciencia. Existe actualmente, una desconexión entre la sociedad y el mundo académico y esta es otra idea que defiende Varsavsky y a la que  suscribo. 


 Bibliografía


  


No hay comentarios:

Publicar un comentario