sábado, 24 de mayo de 2014

Malos consejos para futuros estudiantes de Trabajo Social


Hoy quiero ofrecer, a modo de conclusión precipitada, algunas advertencias para quienes pretenden estudiar esta carrera llamada Trabajo Social. 


FUENTE: MISSTSOCIAL [Se abrirá en nueva ventana] 





Hace tiempo circula por la red un manifiesto de "100 cosas que te pasan cuando estudias Psicología" desde el Blog Psicologia Online. Me gustó mucho y decidí hacer la versión para el Trabajo Social.  


  • No importa cuáles sean tus ideas preconcebidas sobre el Trabajo Social, al final de la carrera te darás cuenta de que no tenías ni idea y de que ahora tampoco, pero que puedes llegar a descubrirlo porque sabes algunas cosas más sobre el mundo y las personas
  • No importa si descubres qué es el Trabajo Social: Cuando alguien te lo pregunte, nadie te escuchará/entenderá y creerán que eres marxista y que fumas porros (a veces esto será verdad)
  • Cuando termines la carrera, te acordarás de aquello que pensabas en primer curso de que "lo que importa es la vocación, no el sueldo" y te arrepentirás un poco (con suerte, solo un poco). 
  • Te darás cuenta de que "ayudar a la gente" desde el Trabajo Social es más difícil de lo que pensabas y que en realidad es la gente la que se tiene que ayudar a sí misma... siendo el profesional solo un engranaje más del sistema. 
  • Empezarás a ver racistas, sexistas y xenófobos por doquier. Y no podrás hacer NADA ante ello.
  • Empezarás a darte cuenta de que tú misma eres racista, sexista y xenófoba y no podrás hacer NADA ante ello. 
  • Todas las palabras comunes que sabías (estructura, clase social, proceso, sociedad...) cambiarán de significado después de estudiar Trabajo Social. 
FUENTE: Cosas que pasan [Se abrirá en nueva ventana]
  • No sabrás cómo llamar a tus usuarios/ pacientes/ clientes/ beneficiarios/ solicitantes... (?). 
  • Cuando hagas prácticas aprenderás que las decisiones de la psicóloga/o, médica/o, enfermera/o, abogada/o e incluso las decisiones de la persona que limpia en tu institución tienen más peso que las tuyas o las de tu trabajadora social supervisora.
  • Sobre problemas médicos, opina el personal médico. Sobre problemas burocráticos, opina el personal administrativo. Sobre problemas legales, el personal jurídico. Pero aprenderás que sobre problemas sociales opina todo el mundo
  • Al principio crees que eres "guay" o "cool" por ser trabajadora social. Más tarde aprenderás que todo el mundo odia a las trabajadoras sociales
  • Te preguntarás por qué todo el mundo odia a las trabajadoras sociales y descubrirás cuánto daño han hecho las películas norteamericanas de "asistentas sociales roba-bebés". 
  • Te darás cuenta de que no puedes hablar con tu familia ni amigos sobre tus días normales de trabajo o prácticas porque es de mala educación hablar sobre esa clase de cosas
  • Tendrás profesores/as con ideas muy diferentes a las tuyas, pero no podrás rebatirle ningún argumento porque él/ella ha leído 100 mil millones de libros más que tú y tiene 100 mil millones de razonamientos para fundamentar sus absurdas ideas. 
  • Intentarás explicarles a todos la diferencia entre asistencialismo, caridad y trabajo social de verdad pero todos te mirarán como si estuvieras loca/o. 
  • Algún día descubrirás tristemente que el Trabajo Social europeo no tiene nada que ver con el trabajo social latinoamericano ni norteamericano. 
  • Debido al complejo de inferioridad científico del estudiante de Trabajo Social, sentirás la obligación de ser la defensora de la disciplina allá donde vayas. 
  • Dependiendo de dónde hayas estudiado, te indignará no haber tenido suficientes asignaturas de estadística y de investigación
  • Te sentirás con el deber de ser un experto/a en resolución de conflictos, mediación, trabajo en equipo, gestión de grupos y gestión de proyectos; todo eso solo por haber estudiado Trabajo Social. 


  • Más o menos al terminar 1º curso puedes empezar a pensar: "Por qué no habré estudiado algo más práctico... una carrera corta...". Pero esto es normal y parte del proceso formativo.





Fuente: Claudia Muñoz San Martín

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